Al fin he vuelto tras unas hermosas vacaciones y la felicidad de haber alcanzado un objetivo por el que vengo trabajando hace dos años: ¡he completado mi formación como Coach Ontológico Profesional!.
Como si fuera poco tener que explicar recurrentemente qué es la Antropología y qué hace y que no hace un antropólogo cada vez que alguien pregunta "¿Y qué profesión tenés?", ahora le he agregado el coaching, sólo para complicarles la vida a los curiosos. A partir de ahora algunas personas quedarán doblemente perplejas al eschuchar la respuesta "antropólogo y coach ontológico". A partir de aquí veo dos posibilidades: 1) sigue una conversación de al menos media hora explicando en qué consisten ambas profesiones y cómo las combino. 2) El(a) curioso(a) responde: "¡Ah!", y ahí termina todo. Por eso en esta oportunidad la nota va dedicada a explicar de qué se trata mi segunda profesión.
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Esta nube de palabras está hecha con Wordle |
¿Qué es el coaching ontológico?
A todos nos pasa alguna vez en la vida, o con
cierta frecuencia, que nos enfrentamos a algún desafío que nos
parece superior a nuestras capacidades. Algo extraordinario, fuera de
lo habitual para nosotros. El coaching es precisamente una disciplina
que nos permite superar nuestras limitaciones y ampliar nuestras
capacidades para convertirnos en el tipo de persona que necesitamos
ser para lograr lo que deseamos, en cualquier dominio (personal,
familiar, laboral, profesional, emocional, en los estudios, en la
pareja, etc.).
Como toda disciplina requiere de un proceso
de aprendizaje y de entrenamiento. De ahí el nombre coaching, que
significa “entrenamiento” en inglés. ¿Y qué aprendemos en
coaching? Aprendemos:
-
A identificar nuestros modelos mentales, nuestras creencias y nuestros hábitos, en especial aquellos que nos limitan, a fin de poder sustituirlos por otros más adecuados.
-
A reconocer y gestionar nuestras emociones.
-
A comunicarnos en forma más efectiva, teniendo un habla responsable y una escucha comprometida.
-
A generar confianza para establecer relaciones con otras personas que nos permitan coordinar acciones con ellas para alcanzar los resultados que deseamos en distintos ámbitos.
¿Qué NO es el coaching?
No es consultoría ni mentoring, porque un coach
no aconseja, no baja línea, no te dice lo que debes hacer. Tampoco
qué haría él en tu lugar, pues él es él y tú eres otra persona
diferente.
No es terapia, pues no diagnostica ni busca una
“cura”. No maneja una noción de normalidad sobre la que juzgar
que algunas personas están enfermas. Tampoco se interesa por conocer
tu pasado o explicar porqué estás hoy como estás.
¿Cómo procede?

¿Por qué “ontológico”?
La ontología es el estudio del ser. Como seres
humanos somos una coherencia de tres grandes dominios: el corporal,
el lingüístico y el emocional. Cuando nos proponemos objetivos o
resultados extraordinarios para nosotros (algo que está fuera de lo
que nos es habitual) es posible que quien estamos siendo hoy día no
nos alcance y necesitemos modificar nuestra manera de ver el mundo
(nuestros prejuicios, por ej. sobre nosotros mismos, o los demás o
sobre las circunstancias, sobre lo que es posible y lo que no es
posible), o nuestra manera de sentir (vencer temores, vergüenza,
abandonar resentimientos, superar desconfianza, etc.) o nuestra
corporalidad (disposiciones corporales), dado que comunicamos con
todo nuestro cuerpo y no solo con las palabras.

¿Cuando es pertinente realizar un proceso de coaching?
Por supuesto que el coaching no sirve para todo.
Tiene sentido realizar un proceso de coaching cuando hay algo que
estás queriendo lograr y no estás pudiendo, en cualquier dominio
(estudios, trabajo, relaciones personales, familiares, etc.) o tienes
creencias o emociones que te limitan en tus posibilidades de alcanzar
tus objetivos. Y sobre todo, sientes un profundo deseo y necesidad de
cambiar. Si te encuentras satisfecho y cómodo con tu situación actual
no necesitas coaching. Tiene que haber algo en tu presente que sea
como una piedra en el zapato de lo que te quieres liberar, para que el
coaching te resulte útil.
Si tienes alucinaciones, escuchas voces, o padeces
ataques de depresión o de pánico, no es coaching lo que necesitas.
Tampoco te sirve para interpretar tus sueños o encontrar el origen
infantil de tus problemas actuales. Como dije antes, sirve para
diseñar el futuro que deseas para tí y quien y cómo necesitas ser
para alcanzarlo. No explica por qué pasa lo que pasa, sino que está
para hacer que las cosas pasen.
NOTA: Todas las imágenes de este artículo se ofrecen con licencia Creative Commons con permiso para uso no comercial y modificación.
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